La relación inequívoca entre conspirafilicos y religiosos.

Como han notado si son lectores habituales de este blog es sorprendente la facilidad con que la gente acepta ciertas informaciones como ciertas, sin pasar los filtros críticos que normalmente aplican en otras situaciones. Inclusive, para muchos individuos las pruebas que confirman los prejuicios se aceptan de forma acrítica, pero las contrarias se analizan con dureza extrema y se rechazan categóricamente.

Si notaron una similitud entre las frases que subrayé y la reacción de los creyentes a la evidencia, no es una coincidencia.


Estudios han demostrado cómo la superstición nos ayuda a soportar la incertidumbre. Y aunque seas un ateo, no eres inmune a la predisposición de tu cerebro de buscar relaciones entre informaciones que no se relacionan y a darle preferencia a ciertas ideas sobre otras de acuerdo con ideas preconcebidas. Solamente una férrea actitud escéptica nos protege de autosabotearnos en este tipo de trampas.

Interesantemente, las personas con tendencia a apoyar ciertas conspiraciones pueden ser individuos altamente educados, con buena imaginación y tendencia a la investigación. Pero como suele pasar, su investigación esta corrompida desde el principio, ya que cometen el error de primero establecer una conclusión y luego actuar de forma inversa al método científico, seleccionando los hechos que correspondan a fortalecer sus conclusiones y terminar formulando una hipótesis. En cambio, los hechos que contradicen nuestra conclusión los escrutamos con ahínco y buscamos información que las desacrediten, con tal de mantener la coherencia de la idea inicial.

La superstición es tan arraigada en nuestra genética, que se ha demostrado cómo la práctica de determinados rituales de la suerte o el uso de amuletos mejoraba de manera objetiva el desarrollo de determinadas tareas, como la práctica del golf o de juegos de memoria. El incremento de la confianza en que algo iba a salir bien o la mayor perseverancia a la hora de realizar una tarea, aunque fuesen fruto del pensamiento supersticioso, mejoraban los resultados. Y por esto ciertas actividades como orar o visitar ciertos lugares sagrados es tan efectivo para la conducta de algunas personas.



Lo positivo que podemos señalar a los conspirafílicos es que nos hacen cuestionar la "versión oficial" de las cosas, una actitud escéptica encomiable. Sin embargo, tienen este defecto antes señalado, que se aferran a sus conclusiones con desesperación, a pesar de que exista evidencia que demuestre sus postulados como falsos.

Como suele pasar, es mejor estar en el centro moderado.
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Fuentes: Algunos estudios sobre el tema.
The Effects of Stress and Desire for Control on Superstitious Behavior
The Sarrazin effect: the presence of absurd statements in conspiracy theories makes canonical information less plausible.
Measuring belief in conspiracy theories: the generic conspiracist beliefs scale.
La relación inequívoca entre conspirafilicos y religiosos. La relación inequívoca entre conspirafilicos y religiosos. Reviewed by Bimago El Cínico on viernes, febrero 28, 2014 Rating: 5

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