¿Cuando el ciber-activismo no sirve?

UNICEF denuncia que el ciber-activismo no sirve de nada. "Dale 'me gusta' a nuestro Facebook y no vacunaremos a ningún niño contra la polio", dice el cartel de su campaña del 2013, señalando que en la página de Facebook de Unicef en Suecia tiene más de 180.000 seguidores, y en la página española 73.000 internautas han indicado que les gusta, pero eso no se traduce en ayuda monetaria para la entidad.

"Nos sentimos activistas haciendo click o retuit" señala Enrique Dans, profesor en IE Business School de Sistemas de Información, y una de las voces más autorizadas para hablar de 'clicktivismo', Twitter y novedades de la red.


En la última década, las redes sociales se convirtieron en una de las arenas más importantes para la protesta y la denuncia. La velocidad con la que viaja la información y la posibilidad de librar la censura mediática han permitido que miles de personas se expresen con libertad por medio de estas plataformas. En muchos casos, las redes sociales han ayudado a que la sociedad civil se organice de formas novedosas e imprevistas; a crear una resistencia que, en algunos casos, ha significado un cambio en el gobierno o de régimen político.

Sin embargo, las redes no son una panacea. Si bien han impulsado el cambio social, también se ha caído en la manifestación del activismo de sillón (también conocido como slacktivism), en el que la acción se ha confinado a la web como un espacio seguro. La movilización en las ciudades ha dado paso a los likes de Facebook y los retweets de frases incendiarias. En otras ocasiones, las redes sociales dan una imagen distorsionada de la realidad, pues mientras en la red una causa gana adeptos, en el mundo real —sobre todo, en esas partes donde aún persiste la brecha digital— el escenario es decepcionante.

Conversando con una persona dirigente de una comunidad en Facebook de 30 mil usuarios, me aseguraba con mucho orgullo que tenía un gran poder de convocatoria. "Bien, ¿y cuando los has reunido?" - le pregunté. No pudo contestar. Y es una lástima, cualquiera puede con tiempo y dedicación encontrar a miles de personas en Facebook que odien o apoyen determinados temas, como el calentamiento global o la corrupción política; pero mientras el activismo se quede en el escritorio, de poco sirve. Como demostró el fracaso de la operación "Caballo de Troya" que los ciberactivistas simpatizantes de Mir-Hossein Mousavi experimentaron al no poder trasladar a la realidad, cuando los miles de personas que dieron "me gusta" a la protesta no se presentaron en el momento decisivo.

"La palabra de donde parte activismo contiene la partícula act-, que implica acción, actividad, en suma, movimiento. Cuando pensamos en activismo muchas veces la palabra “movimiento” también está presente. Los movimientos como la encarnación del activismo buscan mover a las personas desde una creencia hacia otra. Pero el activismo implica también dos factores: militancia y crítica.


“Militancia” parece muy cercano a la milicia, a lo militar. Implica creer en una idea y efectivamente, luchar por ella. Pero la militancia sin crítica reproduciría solamente una tendencia o una inercia aprendida, una idea aprendida que repetimos y que bien puede ser equivocada". (Cita: Ecoosfera)

Efectivamente esta era la crítica que le hacia a mi enfadado interlocutor, que todo su esfuerzo cibernético eventualmente desapareceria como agua en la arena cuando los colaboradores de la página fueran absorbidos por otras actividades, porque su activismo estaba basado en números de lecturas y capacidad de difusión en Facebook, pero no tenia vida por sí mismo fuera de dicha red, es decir no es un movimiento algo que no se mueve..  El tener 30 mil seguidores en Facebook, pero no poder reunir una cuarta parte de ellos para una actividad en la vida real, como realizar reuniones de discusión de temas, impulsar cambios en las legislaciones, etc, demuestra que en realidad no se tiene poder de convocatoria, solo difusión.

Muy diferente cuando las redes sociales se han usado para coordinar actividades en la vida real. Alrededor del mundo tenemos decenas de ejemplos de cómo las redes sociales se usaron para darle movimiento a ideas. En estos casos, las páginas de internet eran un medio, no un fin en sí mismo. Es muy tentador darle libertad al ego para hincharse por tener miles de lectores, pero una análisis escéptico revelaria la hueca realidad de esas páginas.

Generan mucho ruido, pero no acción.
Convertir un canal de comunicación en un fin en sí mismo solo genera ruido, no acción.
Un buen ejemplo es la famosa plataforma Change.org, que se escpecializa en reunir firmas para movimientos de activistas cibernéticos. Ellos saben que el internet es solo un medio para "calentar" las cosas, llamar la atención a ciertas ideas de microactivismo, pero ellos también buscan y encuentran el apoyo de los medios de masas tradicionales para las causas que su plataforma acoge. Así han tenido tanto éxito en muchas iniciativas.

Quedarse en Internet puede ser tan inútil como absurdo no contar con la red. Nada puede sustituir al contacto cara a cara y la actividad física del grupo. Organizaciones como Working America  (la poderosa organización progresista de movilización) puede mantener su activismo inalterable a pesar de la entrada y salida de miembros y dirigentes, mientras compite contra los titánicos recursos e influencia de los conservadores.

"El relativamente fácil acceso a la Internet ha resultado ser una gran herramienta para difundir ideas, pero ¿de qué sirve esto? Creemos inocentemente que desde nuestros computadores estamos ayudando a la gente que sufre y pelea de verdad por la reivindicación de sus derechos lejos de la  zona de confort en nuestros hogares. No los ayudamos a ellos y ciertamente tampoco estamos “combatiendo” la censura de nuestros transparentes medios de comunicación, porque al final es posible imaginarnos lo que pasaba, tal vez nunca lo pintamos tan terrible como verdaderamente es, pero es algo con lo que hemos crecido pero como siempre nos hacemos los indiferentes. Difundir ciertamente es un medio atractivo, pero el país se construye trabajando y el hecho que nuestro espíritu revolucionario salga a relucir ocasionalmente a través de las redes sociales sobre temas perennes a nuestra realidad revela la poca reflexión en torno a lo que publicamos, de lo contrario, muy seguramente la efímera indignación mudaría a un movimiento concreto". (Carolina Torres Piedrahita, Kien y Ke).
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Para saber más:
¿Cuando el ciber-activismo no sirve? ¿Cuando el ciber-activismo no sirve? Reviewed by Bimago El Cínico on domingo, marzo 02, 2014 Rating: 5

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