¿Por qué algunas madres solteras se superan y otras fracasan?

Ladyanna Barajas es una madre adolescente que exhibe su título de secundaria orgullosa, que obtuvo a la vez que trabajaba para ganarse la vida. Madrugadas para ir a estudiar, estar unas horas con su bebé y luego ir a trabajar hasta las 11 p.m.

Por otro lado, "Sonia" (nombre ficticio) es una adolescente que conocí de niña. Jamás se interesó en el estudio, repitente continua de séptimo año, más llena la boleta de ausencias que de buenas calificaciones. Se le estimuló a buscar un interés en el deporte al tener un físico ventajoso, sin que diera señales de amor por la disciplina. Novios: sí, eso sí que la motivaba, cada ver peor elegidos, parecería decidida a la autodestrucción, experimentando con drogas y malas compañías.

Su madre (mi pareja entonces) y yo nos esforzamos por orientarla, darle confianza, hablamos con su novio y ella a la vez ofreciéndoles apoyo y consejo para que no cometieran errores que lamentar (educación sexual, sobra decirlo) y que se concentraran en crear un futuro para ellos. Meses después, la muchacha se lleva el primer susto al creer que esta embarazada. Nuevamente, charlas, apoyo, enojo (naturalmente) pero al final aceptación y consejo...

Pasa el tiempo... rara vez la vida da segundas oportunidades: "Sonia" queda embarazada. Ya no es parte de mi vida, aunque le deseo lo mejor, uno queda con la sensación de "¿qué más se pudo hacer?" ¿Sacrificarse para llevarla a un psicólogo que nos diga lo que ya sabemos? ¿Un motivador personal? ¿Buscar un exorcista?

Ahora "Sonia" ingresa a la estadística que publican estos días de mujeres jóvenes costarricenses que dejan de estudiar "por dedicarse a cuidar de los hijos". Todavía me falta estudiar el informe de esa estadística, pero me parece que en muchos casos los hijos se convierten en la motivación para terminar los estudios, mientras que en otros el pretexto perfecto para no hacerlo.

Fuente: http://www.chicagotribune.com/hoy/ct-hoy-8451223-pense-que-habia-arruinado-mi-vida-story.html