Los Thundercats sufren el castigo generacional.



La realidad es que los tiempos cambian, y aunque en esencia el humano no cambie, si varían sus sensibilidades e intereses.

Cuando éramos niños en los 80, nos impactaban series que salían del molde tiránico caricaturesco de las caricaturas de Hanna Barbera (que también eran exitosas) y nos ofrecían aventuras con acción, oscuridad, y evolución de personajes: series como Silver Hawks, He-Man, Thundercats, etc.

No tenían que hablarnos de diversidad porque nos interesaba qué ofrecía el personaje, no a qué grupo social representaba. Jugábamos sobre una gran roca que era nuestro Cubil Felino, y cada quien escogia ser el héroe con quien se identificaba: ser el líder (Leon-O), o ser el astuto (Tigro), o el más fuerte (Tigro), o correr como nadie más (Cheetara), etc. Y al que le gustaba ser el malo podría ser el poderoso Mun-Ra y jugar a transformarse al invocar a los espíritus del mal (mientras las tías se escandalizaban).

Diferentes épocas, diferentes estilos.

Los niños de ahora parece que ya no quieren héroes musculosos de acción a quienes imitar cuando juegan. Tal vez no los necesitan. Ya ni siquiera pueden salir a jugar con sus vecinos a crear fantasías y explorar su imaginación. Si tienen una duda sobre un episodio de la historia, esperarán que un youtuber se los explique, ya no pueden reunirse en la esquina a conversar del suceso con su pandilla del barrio.

No olvidemos que Thundercats tuvo un buen reboot en el 2011, con un estilo de dibujo estéticamente atractivo, con una historia llena de acción y aceptable desarrollo de personajes. Y fracasó.

Los tiempos cambian.
Los Thundercats sufren el castigo generacional. Los Thundercats sufren el castigo generacional. Reviewed by Bimago El Cínico on lunes, mayo 21, 2018 Rating: 5

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